La auriculoterapia proviene de los ideogramas que se traducen en su conjunto como AURICULOTERAPIA.
Aunque etimológicamente proviene del griego “terapia”, que significa: curar y del latín: aurícula, que quiere decir oreja, es una rama de la acupuntura, de la medicina tradicional China, la cual estudia la terapia de la oreja practicada por medio de aguja y balines.
La auriculoterapia, o los balines para la pérdida de peso, es una técnica terapéutica de la medicina tradicional China en la que se estimulan ciertos puntos estratégicos del pabellón de la oreja para generar un efecto positivo en el organismo.
Para realizar dichos estímulos se maneja un microsistema en el cual se visualiza la forma de un bebé en posición fetal.
Se utilizan ciertas herramientas y técnicas para estimular el pabellón auricular como: masaje con dígito presión, masaje con punteros, auriculoterapia con agujas, balines magnéticos, semillas con adhesivo, semillas de mostaza.
Algunos pacientes se sienten aliviados de inmediato gracias a estos balines, otros necesitan varios días antes de notar una mejoría.
Algunas personas sienten como si caminaran en el aire después del tratamiento, y casi todas se sienten muy relajadas.
Antes de iniciarse el tratamiento es muy importante realizar una consulta con un terapeuta especializado para identificar los principales síntomas e intentar entender cuáles son los órganos afectados.
PUNTOS A TRATAR
Después de esto, el terapeuta selecciona los puntos más adecuados y ejerce presión sobre ese punto. La presión puede ser hecha utilizándose:
- Agujas filiformes: son aplicadas sobre los puntos durante 10 a 30 minutos;
- Agujas intradérmicas: son colocadas debajo de la piel durante 7 días aproximadamente;
- Esferas magnéticas: son colocadas en la piel durante 5 días aproximadamente;
- Semillas de mostaza: pueden ser calientes o no y son pegadas en la piel durante 5 días.
La acupuntura o auriculoterapia en la oreja no está recomendada para pacientes que presenten síntomas de agotamiento o debilidad, así como tampoco para personas con cuadros graves de asma o hipertensión y mujeres embarazadas durante los dos primeros trimestres de gestación.
Tampoco se recomienda su aplicación en menores de 7 años, mientras que en el caso de personas mayores el profesional tiene la última palabra