Nuestro rostro tiene un trabajo pesado a lo largo del día, ya que él es el primero contacto con el mundo exterior, es el primero que recibe los rayos solares, es el primero en recibir nuestras manos al despertar es nuestra primera impresión, es por ello que tener una limpieza facial es de suma importancia.
En ocasiones nos preguntamos el por qué es tan importante llevar una rutina de facial en nuestra vida si a simple vista pareciera que todo esta en perfectas condiciones, pero realmente no es así, nuestra cara guarda pequeños microrganismos que van deteriorando las capas de la piel y en ocasiones causar acné, alergias o alguna irritación.
Por lo mismo, es importante hacerse una limpieza facial profunda al menos cada 15 días, o 1 vez al mes.
¿EN QUÉ CONSISTE UN FACIAL?
Generalmente un tratamiento de limpieza facial profesional suele durar alrededor de una hora, una hora y media, ya que es un proceso que implica higiene, masaje tonificante y nutrición.
Para la primera parte que es la higiene facial, se deben aplicar distintos productos para limpiar la parte superficial del rostro. Luego se abren los poros mediante vapor y se aplican productos especiales con el objetivo de drenar todas las impurezas. El producto de limpieza debe seleccionarse de acuerdo al tipo de piel del paciente, ya sea grasa, seca o mixta.
Una vez abiertos los poros y eliminada la suciedad profunda es necesario cerrar los poros y cauterizarlos para descongestionar la piel y bajar la inflamación producida por el proceso. A este paso suele seguir un masaje sobre rostro y cuello para relajar la piel y devolverle tersura.
La frecuencia de la limpieza facial profesional depende del tipo de piel. El mínimo es una vez al año. Sin embargo, es recomendable que las personas con una piel normal se sometan a una limpieza de cutis profesional cada tres o cuatro meses. Las pieles maduras o muy secas pueden requerir una cada seis u ocho semanas.