Las ventosas tienen una historia milenaria, ya que se usan desde tiempos muy remotos, la mayoría de estos tratamientos son realizados gracias a la medicina tradicional china o medicina alternativa.
Las ventosas son un tipo de tratamiento natural que sirve para mejorar la circulación sanguínea en una región del cuerpo, ellas crean un efecto de vacío que succiona la piel, aumentando el diámetro de los vasos sanguíneos en la región.
Como resultado, existe una mayor oxigenación de los tejidos, permitiendo la liberación de toxinas de la sangre y del músculo con más facilidad.
Pero ¿Para qué sirven las ventosas?
El tratamiento puede ser indicado para eliminar el dolor en la espalda, causada por la tensión muscular o contracturas, hinchazón en los brazos, piernas o pies, dolor en las articulaciones, siendo también un excelente complemento en el tratamiento de la celulitis.
Esto porque sus principales beneficios son:
- Aumento de la circulación sanguínea en la región
- Eliminación de las contracciones musculares y puntos gatillo.
- Relajar y calmar el cuerpo y la mente.
TIPOS DE VENTOSAS CURATIVAS
- Silicona: basta presionar la silicona con los dedos y colocarla en la piel, debido al vacío que se forma en su interior, la piel se succiona y se mantiene pegada a la piel.
- Vaso de vidrio: encender una vela y colocar la llama en el interior del vaso y a continuación colocarlo en la piel. El vacío se forma cuando el oxígeno que se encuentra dentro del vaso es consumido por la vela y, por esto, si se aplica rápidamente sobre la piel creará la succión.
- Electrónica: basta posicionar las ventosas en la región que se desea tratar y luego encender el dispositivo colocando la fuerza con la que se desea generar el vacío. Poco a poco la piel va siendo succionada y se mantiene pegada a la piel.
Aunque se necesiten nuevos estudios que profundicen sobre los beneficios de las ventosas, lo cierto es que se trata de una terapia empleada desde hace milenios y que sirve para tratar, entre otros, los siguientes problemas
Alteraciones sanguíneas como la anemia y la hemofilia.
- Enfermedades reumáticas, como fibromialgia y artritis.
- Migraña.
- Problemas ginecológicos e infertilidad.
- Ansiedad y depresión.